Empedrados son mis pasos,
llevo heridas por doquier,
pies y manos están cansos,
de tanto retroceder...
Vivo mareas de ausencia,
y pleamares de amargura,
cuerdo sin tener conciencia,
lucidez en mi locura...
Voy contando uno por uno,
los caminos de mi España,
que entre oles disimula,
el hambre que le acompaña,
Trabajadores suicidas,
por la crisis maltratados,
pasaron de ciudadanos,
a ser hombres marginados...
Con gran dolor puedo ver,
al pobre desde la acera,
al limosnero mendigo.
que no tiene pan siquiera...
Presumiendo en sus carruajes,
y un vino de manzanilla,
disfruta el acaudalado,
¡ y grita ¡ Oles!... por Sevilla...
y Mañana entre basura...
con barriga dolorida,
vergonzoso el marginado,
busca en el cubo comida...
Porque ya no aguanta más
y en peligro está su vida...
Carmen Patiño
La Coruña a 20 de abril de 2010
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